
He
dado muchas vueltas a este tema, tratando de respetar las opiniones
individuales de cada mujer, porque empezar la vida sexual es una decisión
importante en la savia de una persona, hombre o mujer. Sin embargo, siento que esas niñas que se “guardan” para
su futuro esposo no lo hacen por convicción propia, es más, he conocido varias
que lo hacen porque en sus iglesias siguen vendiendo la idea del sexo como algo
pecaminoso, sucio e impropio para ser practicado antes de que Dios bendiga las
uniones; algo así como FORNICAR.
Y
es que no nos digamos mentiras, esta palabra que puede ser hasta conjugada: yo
fornico, tú fornicas, ella fornica, vosotros… lo que sea… suena terrible, suena
mal decir que somos unas fornicadoras. Lo cual me lleva a pensar que muchas
personas hombres y mujeres, clasifican al sexo femenino dentro de etiquetas
dependiendo de su vida íntima; algo así como mujeres de primera y mujeres de segunda, osea, entre más tipos te
hayas llevado a la cama tu categoría baja y eres algo así como menos “deseable”
para los galanes, claro, es que ellos son unos santos, no “cogen” tanto como
esas mujeres “usadas” que merecen ser etiquetadas, tachadas de “recorridas”
“brinconas” y otros calificativos solamente dignos de la boca de dichos
prospectos de marido. Me gustaría decir
desde este espacio que no hay mujeres de primera, ni de segunda: solo hay
mujeres, ósea, no somos televisores que después de “usarlos” se devalúan, (porque además las personas no se usan).
Usted
amigo del sexo masculino, respete a las personas, si ella pasó una noche de
pasión a su lado, sea caballero y no lo comente en su grupo de amigos
“gavilanes” -no solo porque le quita caché, sino porque tener relaciones sexuales en plan de diversión no es un pecado, nunca
lo ha sido- , además su vida íntima solo le interesa a usted y a su viril
amigo. Y mujeres, más cariño entre nosotras, ¿qué es eso de señalar a otra
persona porque disfruta plenamente de su vida sexual? Estamos en un mundo
globalizado en donde muchas cosas han dejado de ser arcaicas, déjeme decirle
que los hombres no quieren una monja como esposa, a pesar de que cada quien
tiene su personalidad, no está bien quedarnos con el pensamiento virginal hasta
la tumba, los hombres en su inmensa mayoría sueñan con esa loca de Esperanza
Gómez despeinándolos. En últimas ser o no “castas” no tiene nada que ver con
ser mejores o peores personas: en este caso mujeres.
Posdata:
Adoro con mi alma a Rafael Orozco y respeto nuestra tradición vallenata, pero
esa frase “El primero fue el primero, ya de segundo no quiero” arruinó dos
generaciones, reflexione el peso de poder dedicar esta canción.
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