jueves, 3 de septiembre de 2015

Las mujeres de segunda y “El primero fue el primero, ya de segundo no quiero”


He oído muchas personas que hoy, en pleno siglo XXI, siguen dando importancia a la virginidad de una mujer, he visto aquellas que se vanaglorian de tener ‘’ventitantos’’ y ser vírgenes. Las he visto gritar a los cuatro vientos que solo hasta que estén casadas tendrán sexo con el amor de su vida, que ser virgen “es lo más” porque garantiza “la inocencia” de una muchacha; me ha temblado la voz para decirles que se equivocan, además se equivocan con creces, más aún cuando dicen que ellas, las no “desfloradas”, valen más, significan más en una sociedad promiscua y cogedora (ósea que hace el amor con muchas personas).

He dado muchas vueltas a este tema, tratando de respetar las opiniones individuales de cada mujer, porque empezar la vida sexual es una decisión importante en la savia de una persona, hombre o mujer. Sin embargo,  siento que esas niñas que se “guardan” para su futuro esposo no lo hacen por convicción propia, es más, he conocido varias que lo hacen porque en sus iglesias siguen vendiendo la idea del sexo como algo pecaminoso, sucio e impropio para ser practicado antes de que Dios bendiga las uniones; algo así como FORNICAR.

Y es que no nos digamos mentiras, esta palabra que puede ser hasta conjugada: yo fornico, tú fornicas, ella fornica, vosotros… lo que sea… suena terrible, suena mal decir que somos unas fornicadoras. Lo cual me lleva a pensar que muchas personas hombres y mujeres, clasifican al sexo femenino dentro de etiquetas dependiendo de su vida íntima; algo así como mujeres de primera y mujeres de segunda, osea, entre más tipos te hayas llevado a la cama tu categoría baja y eres algo así como menos “deseable” para los galanes, claro, es que ellos son unos santos, no “cogen” tanto como esas mujeres “usadas” que merecen ser etiquetadas, tachadas de “recorridas” “brinconas” y otros calificativos solamente dignos de la boca de dichos prospectos de marido.  Me gustaría decir desde este espacio que no hay mujeres de primera, ni de segunda: solo hay mujeres, ósea, no somos televisores que después de “usarlos” se devalúan, (porque además las personas no se usan).

Usted amigo del sexo masculino, respete a las personas, si ella pasó una noche de pasión a su lado, sea caballero y no lo comente en su grupo de amigos “gavilanes” -no solo porque le quita caché, sino porque tener relaciones sexuales en plan de diversión no es un pecado, nunca lo ha sido- , además su vida íntima solo le interesa a usted y a su viril amigo. Y mujeres, más cariño entre nosotras, ¿qué es eso de señalar a otra persona porque disfruta plenamente de su vida sexual? Estamos en un mundo globalizado en donde muchas cosas han dejado de ser arcaicas, déjeme decirle que los hombres no quieren una monja como esposa, a pesar de que cada quien tiene su personalidad, no está bien quedarnos con el pensamiento virginal hasta la tumba, los hombres en su inmensa mayoría sueñan con esa loca de Esperanza Gómez despeinándolos. En últimas ser o no “castas” no tiene nada que ver con ser mejores o peores personas: en este caso mujeres.


Posdata: Adoro con mi alma a Rafael Orozco y respeto nuestra tradición vallenata, pero esa frase “El primero fue el primero, ya de segundo no quiero” arruinó dos generaciones, reflexione el peso de poder dedicar esta canción.

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