
Cuando el autor de este blog me invitó a escribir unas líneas para la Mirada Mutante, me llevé una gran sorpresa, pues en un breve examen de conciencia me dije - Soy de los que les queda muy fácil criticar y sugerir, pero en el momento de escribir me transformo en un sádico despiadado que asesina párrafos y párrafos de ideas inconclusas. En el momento de aceptar este reto de escribir algo interesante, respetando las reglas básicas de redacción, pedí un consejo al dueño de dicha Mirada, y sabiamente me respondió – Escribe sobre lo que te gusta. Solo pude responder a eso con un – Gracias.
No tengo vicios graves que puedan poner en riesgo mi
vida… eso espero. Pero soy adicto a las buenas tonadas, las rimas, letras
profundas y las emociones que puede llegar a generar la música. La música es un
escape, un viaje a otra dimensión que no requiere de drogas inyectadas o
aspiradas, solo de unos buenos audífonos y una lista de reproducción con
aquellos éxitos musicales que han tenido que ver con nuestra vida en temas de
amores viejos, o nuevos. Felicidad, amistad, locura…etc. Un vicio que no requiere de esconderse de los
demás para entrar en éxtasis. Recuerdo que mis ‘trabadas’ más bravas las tuve
dentro de un Transmilenio abarrotado de gente. Tomaba mi celular, los audífonos
y una enorme bocana de aire y daba play a mi droga, en aquellas oportunidades
era Bomba Estéreo y su canción
Pa´respirar.
Entre semana la cosa para todo estudiante
universitario promedio no es fácil, y más si se debe trabajar. Lo único que
gente como nosotros espera es a que llegue -el bendito fin de semana-. De ahí
que la música electrónica en mi vida represente ese aire festivo, de goce, de
noche y ritmo. De cuerpos moviéndose con sincronía de aquí para allá, casi
imitando al acto sexual sin ser obsceno. Solo veo seres esclavos de los bits.
Una canción que por muchos años ha logrado incrustar el pensamiento de que la
vida no es solo “Trabajar, trabajar y trabajar” es The Weekend de Michael Gray.
Recomiendo también esa ‘canciones viejitas’ de la electrónica que podríamos
llamar los ‘nuevos clásicos’, donde Daft
Punk con One More Time, Modjo con Lady y Stardust con Music Sounds Better With You funcionan
muy bien…
Son muchos los títulos y los sonidos que en este
momento pasan por mi mente; Borracho
Hasta el Amanecer de Los Coquillos,
para recordar a los amigos del colegio. La
Cartera de Carlos Vives, mi
niñez en una pequeña ciudad como Girardot… La canción con la que siempre pienso
en mi madre; Amor Eterno de Rocío Dúrcal,
con la que tan solo con escuchar aquella guitarra, hace que mis ojos se ahoguen
y la voz se me quiebre. No hay mujer que cante con tanto sentimiento Amor Eterno de Rocío Dúrcal que mi madre.
¡Oh Dios¡ la música es mi vicio… No es más, recuerden ser Happy, como lo dice Pharrel Williams.
¡Oh Dios¡ la música es mi vicio… No es más, recuerden ser Happy, como lo dice Pharrel Williams.
Por cierto mientras escribía estas líneas, de fondo
sonaba en mi habitación la banda Clean
Bandit con su tema Rather Be, una banda de
Reino Unido que mezcla el pop con los sonidos de la música clásica y el dance.
Por: Camilo Fresneda