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Tomada de: Revolución y mujeres. RCN Radio |
Todo
colombiano conoce el nombre de Natalia
Springer, la mujer que ha protagonizado el escándalo nacional del momento por
sus millonarios contratos con la Fiscalía
General de la Nación, que consisten en la implementación herramientas para
la medición de la violencia sistemática en el marco del conflicto armado de
esta patria. Dentro de lo controvertido del asunto está que casi todos los medios
y personas tuvieron la libertad de hacer lo que quisieron con su nombre,
apellido y formación, incluso cuando entregó una entrevista a la emisora La W Radio.
Natalia Springer es de nacionalidad colombiana, se
casó con un extranjero en Austria y allí adoptó el apellido Springer por cuestiones legales; luego vino a Colombia, en donde
también transitó de ser una Lizarazo
a una Springer y pudo hacer la homologación
de sus estudios internacionales. Se dijo que nada en esta mujer era
transparente; que así como pudo ocultar su apellido, pudo ocultar sus títulos y
hasta el color de su cabello; se utilizó el genérico vergonzoso de “Tocarruncho” para referirse a ella y al
asunto en cuestión.
Claro,
esto les ha dado a todos algo para decir, especialmente en las redes sociales,
en donde los “frenteros” de Twitter,
atacan la cuenta de esta señora. A continuación unos ejemplos:
El autor de
las tendencias #Tocarruncho y #FrasesTocarruncho es uribista –no se sorprenda- y este es uno de sus trinos:
Primero quiero decir que Natalia no es periodista, es politóloga, psicóloga y analista de radio. Y claro que me inquietan los millonarios contratos que tiene con el Estado, porque independientemente del aprecio y la admiración que le profeso desde que se conocieron sus estudios sobre niños y niñas en las filas del paramilitarismo, y sus diversos análisis en La FM, me parece que ganar 4 mil millones de pesos por unos servicios es una cosa para echarle el ojo.
Pero mi reflexión es sobre la
discriminación y el letargo en el que caen las personas que utilizan la
difamación y la agresividad cuando de temas políticos o de estado se trata. Por
supuesto que la política de Colombia es preocupante, pero hay que tener un poco
de nivel para enfrentar esto.
Natalia es legalmente una Springer; ¿Cuál es el asunto con el
cambio del apellido? ¿Es ilegal?, no, es completamente legítimo y cualquier persona
lo puede hacer. Ahora, ¿qué es eso de andar utilizando el Tocarruncho para entregar estatus?, por ser un apellido nacional no
lo hace menos que uno internacional. Por otro lado, ella misma denunció que no tiene un esquema de seguridad que la proteja de los diversos contradictores que le han enviado amenazas.
La gente pone al odio por encima de su
derecho a la verdad, y cuando esto pasa todos entramos en un estado de
paranoide colectiva que al final hace que nos olvidemos del asunto. Claro, luego
de haber manchado el nombre de una persona que tiene el derecho a su buen uso
y a la defensa de sus derechos.
Esperemos que se investigue el caso de
Natalia y que la verdad sobre los detalles de su trabajo salga a la luz. Si es
una corrupta prometo hablar de eso a través de este blog; pero dejemos la
pendejada que impulsa nuestra baja autoestima de ciudadanos para hablar de la
manera que lo hacemos, dañar por dañar e inventar cosas escondidos detrás de la
pantalla de un computador -o smartphone o tablet-.
@daveparrado
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