lunes, 21 de diciembre de 2015

Guía práctica para eso que llaman depresión


Antes que todo y después de nada -adoro esa expresión- quiero comentar dos cosas: la primera es que no tengo estudios en psicología ni en psiquiatría, mucho menos de antropología, filosofía o del comportamiento humano. Lo que me lleva a la segunda cosa y es que tengo suficiente autoridad para hablar del tema en cuestión a pesar de mi ignorancia respecto a las ciencias del conocimiento.

Habiendo dicho esto y con todo lo que nos atañe por hablar, daremos inicio. –que afortunados son ustedes con este anfitrión tan formal-.

No voy a reinventar la rueda ni tampoco el Chococrispis, solo quiero comentar sobre algo que vemos en algunas personas muy comúnmente, que lo observamos con ojos de drama y que cuando nos enteramos de que alguien la padece por lo general decimos “Ay, sitico… Dios se apiade de esa alma”.

Sitico: persona que tiene una vida jodida y que le toca muy duro y que a uno le da como lastima… mejor dicho, que es más demalas que Ariadna Gutiérrez en Miss Universo.

Déjeme ilustrarlo un poco sobre lo que es La DEPRESIÓN desde la perspectiva de este depresivo patológico.

Ese día estaba bien "tristongo" y ni me acuerdo
por qué.
La depresión es la consecuencia de una tristeza prolongada a la que nunca se le dio trato y la cual no encontró herramientas para enfrentarse a un cambio. Cuando se entra en este estado generalmente todo se ve perdido, no hay más alternativas que lamentarse y entrar en estado de inercia. La persona se vuelve súper sensible y cualquier evento negativo alrededor de él –o ella- puede interpretarse como una conspiración para que el sujeto no avance. Y sí, trabajar es un caos, como estudiar, socializar e incluso respirar. Es un estado de inhabilidad muy serio que aunque jocosamente lo trate en este intento de texto ilustrativo, puede llevar a la muerte.

Hablo de muerte real, la que detiene el corazón y achilan los ojos. No me refiero sólo a una muerte emocional o espiritual, hablo de todo el paquete que encierra “estirar la pata” o “colgar los guayos”, pues suelen haber avalanchas de pensamientos tóxicos que le hacen realizar conductas suicidas.

Es por esta razón que yo considero que la gente tiene que saber tratar este estado, ya sea usted la persona depresiva o si se relaciona con una. Como también dejar de subestimar la salud mental y emocional pensando que se trata de alguna pendejadita de la edad o para llamar la atención. Porque así como la panza se le enferma, la mente puede hacerlo.

No quiero extenderme mucho porque sé que entre las cosas que la gente quiere hacer en internet no está leer un manuscrito sobre la depresión, entonces desarrollaré puntos breves para que usted comprenda la situación y sepa tratarla –según la experiencia de este churrazo-. Será más breve que hacer frutiño.

1. Todos están expuestos a sufrir de depresión.

Para algunos llega después de la ruptura de una relación, cuando alguien ha muerto o cuando fracasa en algo y no lo tolera. También por traumas de la infancia, situaciones inconclusas, incertidumbre y de más.

 2. Nadie elige la depresión porque a nadie le gusta sufrir

¡Es ley!, por naturaleza le huimos al sufrimiento.

3. Es un estado mega-sensible que debe cuidarlo

Si usted la padece le recomiendo que no lea textos ni escuche música triste. Que intente tratarse con amor y sobre todo con respeto porque todo el mundo va parecer que está en su contra y que maluco que usted también se vuelva su enemigo. Hay que serse fiel en las buenas y las malas.

4.  No la subestime

No le ande diciendo al depresivo que madure o que crezca; que es infantil, que mueva el trasero y haga algo por él o que está así porque él –o ella- quiere. No es bueno por dos cosas: 1. Porque el deprimido se lo va a tomar como un ataque y recuerde que está muy sensible y 2. Porque todos tenemos rabo de paja y en cualquier momento podemos entrar en este estado. –y de verdad no es nada chévere-

5. Busque ayuda

Probablemente dirá: ¡Guau, jamás se me hubiera ocurrido! lo sé, lo sé. En mi caso la ayuda ha sido alterna con la psicología y la psiquiatría, pero eso depende de la profundidad del problema. En todo caso busque a un profesional, meta el orgullo en una maleta y vaya al médico, como cuando tiene fiebre, sea serio con usted y cuide su salud mental y física.

6.  Las alternativas existen

Existe el yoga, los mantras, la neurolingüística, la meditación, las afirmaciones positivas, la oración, los libros de autoayuda. Mejor dicho, ¡escoja que ayuda es lo que hay!. No se quede en inercia, haga algo, haga de todo que algo le va a servir.

Aquí dejo un canal de youtube que a mi me ha servido bastante para superar mis depresiones. Hacen lo que yo intento hacer, ayudar.

7. Fortalezca la autoestima

Haga deporte, aliméntese bien, cuide su cara con cremas, depílese si le gusta y trátese con amor aunque no lo sienta. En un principio se sentirá más perdido que Adán el día de la madre, pero después se dará cuenta cómo es que funciona de bueno.

8.Tenga interés por el conocimiento

Lea foros, libros, escuche testimonios, vea películas o videos sobre lo que sea que le guste, está comprobado que las personas que tienen interés por adquirir conocimiento tienden a ser más felices y estables. 

Y ya, en la medida que escribo se me van ocurriendo más cosas pero voy a dejar hasta aquí porque ya hasta a mí me da pereza releer todo esto.

Si quiere hablar con alguien recuerde que acá ando, también en Twitter y Facebook. No está solo –o sola-, todo tiene solución y algo podremos hacer.

Recuerde que si está dentro de usted divinamente lo puede controlar.

Luis David Parrado



3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Excelentes escritos, continua así... ayudas y generas un cambio en la sociedad al mismo tiempo. Apoyo totalmente esta bonita iniciativa. ¡Mas como esta, porfavor!. Saludos.

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    1. Gracias Yuli. Claro que si, seguiremos trabajando por hacer las cosas bien y mejor. Mucha gratitud a ti por leernos. Un abrazo grandote.

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